Partida #48: Alchemist

Lugar:

Madrid Game Jam (Universidad Complutense)

Jugadores:

1.- Ana (Rojo)

2.- Juanan (Negro)

3.- Guille (Púrpura)

4.- Luis (Blanco)

Os detallo en estas líneas lo que fue nuestra primera partida a este juego….o mejor dicho, nuestras 2 primeras partidas.Porque Alchemist nos gustó y nos dejó muy buen sabor de boca ya en la primera pachanga, y no nos costó nada jugar la segunda.

En alchemist, representamos hechiceros participantes en un congreso de alquimia en el que debemos demostrar nuestras mejores cualidades creando pociones, reproduciendo las pociones de nuestros rivales, y representando lo mejor posible a nuestro gremio de brujería.

Ya en la primera partida nos dimos cuenta de las muchas sutilezas encerradas en las mecánicas de creación y reproducción de pociones.

Hay unas reglas muy determinantes:

– Las pociones que creas no las puedes reproducir

– Las pociones no pueden tener componentes iguales al resultado de su fabricación. (Por lo que, normalmente, si reproduces una poción valiosa, obtendrás ingredientes poco valiosos a partir de ella)

Por otro lado, me dí cuenta que en este juego necesitas que la suerte, o mejor dicho, tus compañeros, se alineen contigo participando en pociones que has creado tú.

Y, sobre todo, está el dilema de discernir cuántos puntos de victoria asignar a una poción que creamos. Si asignamos muchos puntos de victoria a una poción facil de fabricar, es posible que te quedes fuera de la partida, ya que esa poción no la podrás reproducir tú mismo y los demás obtendrán puntos fáciles. Si, por otro lado, asignas a la poción pocos puntos de victoria, entonces no será interesante para tus rivales y no te facilitarán esos ingredientes extra que tan bién te pueden venir…..un equilibrio muy difícil de encontrar.

Y, con todo esto, tienes que velar por tu gremio de hechicería. Tienes que intentar que el ingrediente de tu gremio sea el más empleado de todos. Lograrlo proporciona muchos puntos al final de la partida…pero ¿cómo lo haces?

Ambas partidas las ganó Ana, y además, siguiendo estrategias de fabricación y reproducción de pociones muy distintas en cada una de ellas. Sin duda, Ana está hecha una verdadera hechicera.

En mi caso, cometí el error de no crear apenas pociones en mi primera partida. Me dediqué a reproducir las de mis rivales, y me perjudicó el hecho de no recibir ingredientes extra por la fabricación de pociones propias por parte de otros jugadores.

La flamante ganadora de la primera partida

La segunda partida se me dió mejor. Pude conseguir varias pociones valiosas. Sin embargo, pegué un  importante bajón en las 3 últimas rondas y me ví sin poder disponer de los ingredientes más importantes. Me dediqué a robar ingredientes de la bolsa de oráculo, pero no resultó suficiente. El inconveniente de robar ingredientes es que en ese turno no vas a recibir ningún punto de victoria y es como para pensarselo seriamente.

La flamante ganadora de la segunda partida

Lo mejor del juego

Se trata de un juego ligero y muy agradable de jugar (esos juegos como el Ra…el San Petersburgo…el Yspahan…que no son largos pero pasas un rato MUY BUENO). La partida no dura más de 30 o 40 minutos. Y es un juego con mucha miga. Se trata de uno de esos juegos en los que existe un cierto grado de «falta de control» (no puedes controlar la oferta y demanda global de pociones) que impide hacerse un plan predefinido. Esto hace que cada partida sea un mundo. Este juego va a tardar en quemarse.

Lo peor del juego

Sin duda, lo peor de este juego está en los componentes. Existen 2 ingredientes para los que los colores asignados en el tablero y en los cubos lleva a confusión (esos amarillos-anaranjados….). De verdad, parece mentira que a alguien se le haya ocurrido una combinación tan nefasta de colores. Y no lo digo yo sólo. Basta con que os paséis un momento por la BGG para comprobarlo

Mi valoración

Un 8.5. Espero que confirme su aparente alto grado de rejugabilidad. Me ha gustado